Mis lecturas favoritas del 2021

No es sorpresa a estas alturas que la mayoría de las lecturas que enumeraré aquí son las que realicé como parte de mi maestría en Literatura Creativa. Sin embargo, hay uno que otro comentario que quisiese añadir a cada una, porque creo con firmeza que son de las más especiales que he hecho en toda mi vida.

La respiración de Copérnico, de Nakamura Asumiko – Novela gráfica

Bueno, empiezo con algo que no fue parte de los materiales de la maestría, jaja. Pamela, mi pareja, había mencionado en varias ocasiones a Asumiko y su único estilo de dibujo. Cuando le pregunté con qué debía empezar, me prestó todo Copérnico, sin aclarar mucho fuera de que me haría llorar su lectura y el arte. Tenía razón, como siempre.

Copérnico es filoso en su entendimiento de la dependencia, melancolía y las circunstancias que orillan a la gente a entregar su propia identidad en la búsqueda de la grandeza. Temas que, creo yo, se manejan ya con bastante frecuencia, pero nunca en un nivel como lo logra Asumiko al representar la fragilidad y la fuerza en el trazo y el diálogo.

No soy para nada experte en Asumiko, para eso pregúntenle a Pamela, pero creo que es un decente lugar para empezar su lectura de esta autora. Debo mencionar que varios personajes sufren de heridas descomunales que me hicieron gritar un par de veces.

Defacing the Monument, de Susan Briante – Poemario

Mi primer encuentro con la poesía documental de este tipo se hizo de manera un poco apresurada (la Dra. Alcalá fue anfitriona de un evento en línea donde se conversó con la poeta), pero de esa rápida interacción me logró surgir un vértigo ante el manejo de la injusticia y su debida expresión en los poemas. A través del uso de la poesía encontrada y reflexiones sobre la responsabilidad de escribir en estas circunstancias, Briante me hizo encarar ideas de agencia y apropiación.

Aunque sigo creyendo que habilitar, patrocinar y crear espacios de expresión para personas marginalizadas es la ideal participación para personas con privilegios, encuentro aún estas reflexiones autoconscientes que terminan por alimentar una forma y contenido en Defacing de manera que progresan el diálogo, en lugar de intentar adueñárselo.

Litany for the Long Moment, de Mary Kim Arnold – Ensayo lírico

Cuando nos dispusimos, en la misma clase de la Dra. Alcalá, a traducir los poemas de Mary Kim Arnold, me fue difícil teclear mi parte. Me hallaba ante un triste, crudo, pero hermoso manejo de la palabra y forma para denunciar y sanar de experiencias horriblemente discriminatorias que arrastran años de muerte y separaciones.

Su relación con el país de Corea y su historia se hace sonar aquí, de manera responsable, noble y bella. Duele, de igual forma, leer cómo habla del inglés y coreano; cómo explora el lenguaje a través de la estructura de la entrevista, como una especia de dialógica que se expande a través de tiempo y espacio. Sobre todo, me resalta la exploración de la maternidad de su lenguaje, su conflicto interno que se refleja en las historias y en los estribillos a los que regresa cuando evoca la figura materna.

Antígona González, de Sara Uribe – Poemario

            Creo que hay muchas otras autoras y ensayistas que en definitiva darán mejor análisis de Uribe que yo, pero puedo permitirme hablar aquí, en mi rincón del internet, de dos aspectos de este poemario que me parecieron formidables. En primera, el diálogo entre la primera persona y la voz colectiva de Antígona. Esta interacción entre ambas voces da como resultado un juego del lenguaje que se expande a un contenido que cuestiona desde el colectivo. Al permitirse añadir voces ajenas que han sufrido tragedias similares, como el asesinato del hermano, la violencia toma una dimensión distinta: se le enfrenta desde una comunidad, representada en los poemas como un plural hecho singular.

De igual forma, y esto es algo ya discutido por mejores analistas que yo, la incorporación de técnicas de la teoría feminista como la imaginación y el testimonio profundizan sobre los temas que Uribe presenta aquí. Por sí sola, la experiencia personal no llega lejos, pero unida a la experiencia ajena y a la imaginación, se logra un texto que enfrenta un discurso indiferente hacia la violencia en México.

Postcolonial Love Poem, de Natalie Diaz – Poemario

            En el libro de poemas que estoy escribiendo, intento trazar constelaciones entre varios aspectos de mi vida. La astronomía, el lenguaje, memorias, mi género y sexualidad. La profesora Sasha Pimentel asignó esta lectura y después conversó conmigo para señalarme lo importante que era para mí leer a Díaz, y tenía razón. Sus conexiones entre lenguaje, cuerpo y raza me conmueven profundamente, y me sorprende cuánto compartimos en nuestra percepción de las lenguas y sus traducciones.

            Es esta comprensión del lenguaje, sus cambios y estructuras a través de diferentes lenguas, lo que aprendo y quiero llevarme de su texto en cuanto a técnica. No obstante, el vínculo que establece entre el cuerpo y el lenguaje se queda en mi corazón.

Poema favorito: “The First Water Is the Body”

while they sleep (under the bed is another country), de Raquel Salas Rivera – Poemario

            Uff, la espacialidad en los libros de poemas fue, tal vez, una de las cosas que más me costó entender este año: no por lo difícil, sino por tratarse de un aspecto de la poesía que ignoré por mucho tiempo y que ahora quiero considerar en relecturas. Salas Rivera dibuja el desastre natural, político, social y personal que sucede en Puerto Rico, a través de la separación entre los versos y las notas a pie de página, el habla personal y el discurso oficial.

            Es este contraste el que continuó a lo largo del libro y su subsecuente quebranto del lenguaje lo que enfatizan sus circunstancias de elaboración. while they sleep refleja el desastre en Puerto Rico en los espacios, de manera gráfica, pero también en el lenguaje y la escritura de la palabra en el texto. Finalmente, también representa la riqueza de Puerto Rico a través de la interpretación de lx lectorx al permitirle llenar esos espacios no sólo con imaginación, sino también a través de una debida y responsable indagación de lo que sucede allá.

El príncipe y la modista, de Jen Wang – Novela gráfica

            Mi última lectura de este año, justo mientras leo para mi tesis. Había ya visto comentarios, imágenes y hasta la portada en línea. Verlo en una librería, sin embargo, me hizo comprarlo justo ahí, sin preguntas. Sentí una conexión inmediata, poco común. Son instintos muy romantizados, pero me alegra haber cedido.

            No puedo hablar de manera profunda sobre el trazo o la técnica de ilustración, pero la elaboración de la trama y su estructura me hacen reflexionar sobre la importancia del ritmo en una historia y su relación con el tipo de personajes que se representan. Unir a estos dos personajes y dar igual importancia a las circunstancias de ambos, mientras a la vez se hace una exploración de sus respectivos anhelos hacen de esta novela gráfica una linda experiencia de leer.

            Hay una increíble cantidad de elementos con los que me identifiqué con Sebastian y Frances. Creo que fue verme en esos momentos, reflejade de manera que son pensamientos y sensaciones que ahora sé que comparto con estos personajes, lo que me hizo sentir tanto al leer. Hubo siempre una leve, pero firme sensación en mi corazón mientras leía y la atribuyo a la presencia de estos personajes meramente: así de simple e inmediato, leer a estos personajes me hizo amar esta novela gráfica.

Y ahora, como bonus, enumero aquí mis cuentos favoritos de una larga antología de cuentos norteamericanos: The Scribner Anthology of Contemporary Short Fiction

  • «Territory», de David Leavitt
  • «The Way we Live Now», de Susan Sontag
  • «The School», de Donald Barthelme
  • «The Caretaker», de Anthony Doerr
  • «A Temporary Matter», de Jhumpa Lahiri
  • «Stone Animals», de Kelley Link

Fue de los años más recientes donde leí menos por mi propia elección, pero terminé encontrándome con textos que ahora cargo con cariño en mi escritura. No hay duda que son lecturas que me cambiaron o, mejor aún, que se unen a circunstancias, personas y arte que me continúan cambiando.

Publicado por H. M. Huízar

H. M. Huízar escribe poesía y desarrolla videojuegos.

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